miércoles, agosto 15, 2007

Para Dani P.

"La persuasión también posee las mismas fuerzas del amor"... "la capacidad del amor de despertar el deseo"

(Pablo Oyarzún)

La persuasión en tanto intelección y palabra en convicción se desarrolla como ‘forma palabra’, como causalidad y finitud. La contradicción en ella produce falso y verdadero, conlleva diferencia.

En la repetición de una palabra, y la diferencia en la insistencia -como pérdida de sentido y abstracción de la convicción- se despliega como una hipnosis y enamoramiento, una fuerza centrífuga que insiste en un centro, que deambula entre la palabra y la imagen.

La palabra se hace compacta en un sistema cerrado, siempre antagónico de otro, de una posición; una forma de resistencia.

Busca su verdad en un objeto a concluir, la referencia-ahí, así se reafirma en el mundo, se vale de él, lo milita y apela a tal verdad. Lo compara, enjuicia y de tal modo, se auto valida.

La persuasión es palabra y la palabra, imagen. Imagen que pretende, provoca, que oculta y se interpreta en un espacio irreal, siempre verosímil; se abre el sistema imagen en sí y vuelve a cerrarse en su despliegue. En un medio que la domina que la abusa y viola. En el disfraz de su transparencia, la palabra-imagen es capaz de mentir y en aquel, persuadir; la imagen-falacia.

Mediada e intencionada, en un no-lugar común, lo abierto y cerrado simultáneamente, itinerante, reposa y vibra como potencia y objeto en potencia a la vez.

Palabra e imagen como objeto de deseo, como potencia de deseo, como sistema de voluntad de deseo; uno contextual, de ser-ahí en lo particular e inaccesible de la ficción y el origen.

En la conciencia de la estafa, en la comodidad dentro de la incomodidad, la palabra-imagen enamora en su diferencia y repetición, se abstrae y anula como convencimiento, se borra y desarticula el sentido, seduce y deja seducir en la pérdida de particularidad. Por tanto, desde y en tal fuerza centrípeta -entre el reposo y la fricción- se disipa el opuesto, lo falso se des-objetualiza y recaracteriza. En la disolución, y desde ella, aparece el despertar del deseo en sí, desde el amor, uno que, aunque fuera del sistema antagónico, es resistencia.

De nuevo origen, que gestado desde el mismo centro de fuerza, no se manifiesta en uno tanto yo, sino yo en tanto otro de deseo, otro de potencia, otro de sentido. Dos fuerzas prejuiciadas, empavonadas, ‘felizmente’ inaccesibles -ya que en la medida de posible entrada, se cosifica, se provoca y desoculta en efectos y montajes, en un contexto ficticio- , y el amor, puro detalle, es quien da ese contexto, un contexto- sensación que despierta al no-objeto del deseo, que no se contradice en tanto alma, en tanto infinito, un deseo al que no se llega. Y es, en ese ocultar, en tal satisfacción de la impotencia, donde se devela un ser-ahí, un ser y estar en él, por fragmentos y totalidades; en el amor-potencia-deseo.

Ser-ahí, en la ‘casa sin puertas ni ventanas’[1] como espacio de luz natural, sin acceso, al cual sin embargo se pertenece, se aparece .No-lugar que no se contradice, en la medida que es, concientemente, una contradicción.



[1] Imagen de mónada en Leibniz.

2 Comments:

Blogger Alex said...

que rico verte hoy linda

12:10 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

uy!
ay!
ohhh!!!!!
jajajajajajaja (gesto campanita que deviene lentejas en bicicleta)
..."a mi propio entierro fui..." : [lease con risa fuerte, molesta y agresiva]1,2,3. 1.2.3. y 1 y 2 y 3

Tú. Validada desde la complejidad de tu sencillez.
te quiero bella
(gracias)

atte. california con andacollo

1:51 a. m.  

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