sábado, octubre 15, 2005

anunciación

Hace ya 10 meses que vivo en esta casa. Para los que no la conocen, queda a menos de una cuadra de la bastante concurrida iglesia de la Anunciación, escenario frecuente de matrimonios ( como en este mismo instante, estoy escuchando la marcha nupcial) y funerales.
Estos últimos me han marcado este tiempo acá, más que nada en sentido "olfatístico". Reconozco olores que antes, jamás hubiese podido identificar y describir.
Hay unos bastante evidentes, como el olor a Semana Santa, u olor a romero. (es gracioso comer papas al romero, y pensar en la resurrección de cristo)
El olor a muerto, olor a corona de flores.
Olor a creyente sobre 60 años, (misa de medio día), a colonia inglesa, o coral.
Olor a pena, es como el olor sin olor. Ese olor inexistente de cuando uno esta´refriado y tiene mucho moco.

Tiene sus cosas vivir acá.
Calle chica, gente amable y de barrio, bueno descontando a los "chicos pastoral", que por alguan razón parecen no ser asiduos a mi persona... me cohiben.. (y eso que yo soy sumamente adorable)
Hay un homeless, Hernán, que me pregunta todos los díassi conozco a algún dentista, y me muestra, a 2 cm de mi cara sus dos dientes cariosos.
El señor vecino pintor que cariñosamente me saludo todos los días, cuando vuelve dl supermercado repleto de blosas balncas que dicen Bandera Azul, me habla de arte, me da técnicas de pintura al óleo, y me comenta su preferencia por los músicos franceses respectpoa los alemanes.
Esta Margarito, el perro de al lado que ladra como muejr siendo violada, es muy terrible.
Y bueno, el vecino del otro lado, cineasta que me habla de vez en cuando, y me mantiene, la probablemente jamás a concretar, invitación a ver sus cortos. ( Ahora se averguenza porque la última vez que em dijo eso, mi "sutil" madre estaba presente y se aprovecho de la frase "te invito a ver mis cortos", por "te invito a ver mi corto" y se rió en su cara.. pero bueno, mi madre es así.. nada que hacer, si yo fuera el vecino, también me daría verguenza hablarme)
eso... me despido escuchando juan luis guerra, porque al parecer, por primera vez denteo de mi residencia acá, la fiesta del matrimonio es en el galpón colonial de al lado de al frente de la iglesia, y están en plena celebración.