hoy

me desperté.. más tarde que de costumbre (lo que sigue siendo relativamente temprano para cualquier persona de mi edad).
Me estiré, duché, lavé los dientes (todo con marvin gaye de fondo, "let's get it on", "mother mother", "ain't no mountain high enough" y sus greatest hits).
Me puse mis pantalones grises de luca en bandera, polera negra gastada en su mejor momento, hawaianas que me compré en osorno, calzones rojos de algodón con un dibujo, de esos de palito, de un niño con un tenedor y un cuchillo y cara de hambre, sostenes negros, y lo único caro de mi atuendo, uno, tal vez dos sprays de cK one.
Ya lista, salí a dar la vuelta diaria a la plaza. A sentarme en una banca y ver como gente aburrida mueve banderas de la Lily Perez arriba del puente.
Caminé hasta la esquina de pocuro, me comrpé un jugo en cajita y esos típicos queques de cien que me gustan tanto ( si sé que son rancios, pero hay algo en las cosas sintéticas que me encanta... igual que el jugo de frambuesa translúcido de lso casinos, que de frambuesa tiene.. nada..o los kegoles de manzana).
Ahora caminaba comiendo, tragando saliva, pestañando, viendo a los tipos de las banderas, uno que otro personaje en bicicleta, y el típico caballero del barrio plaza pedro de valdivia:
Viejo, medio enfermo (una vez fue al bar, donde debería recomenzar a trabajar pronto) y me contó que lo habían operado de la cadera, botaba baba y le costaba hablar, como si tuviera algún problema motor.
Pidió dos té, y conversaba solo.
Tiene el pelo blanco, barba, ojos azules, ocupa terno o traje de dos piezas estilo oficinista pero de los años 50.
Anda con bastón, y es a la única persona a la cual perdono que no me deje propina.
En la plaza había uno que otro colegial haciéndose la cimarra, besuqueándose en una banca, y los siempre presentes freestylers y skaters que gustan aforrándose contra el cemento y las escaleras de piedra. (a todo esto, me caen muy bien porque, creo, yo me caigo la misma cantidad de veces al día, pero sin querer.. por lo menos ellos lo hacen por que lo disfrutan)Cuando empecé a sentir que me estaba quemando a lo camionero, decidí volver a mi casa. Pasé por la iglesia donde, para variar había un funeral. Estaba recién llegando el auto del hogar de cristo y se veía que solo había llegado la familia más cercana al difunto.
Entré a mi casa.. y lo priemro que veo, a Penny Lane, mi gato (si ...es macho), durmiendo parte de sus 16 horas diarias encima de la octava más gravedel piano.
Me encanta mi gato.
Y bueno, ahora mientras escribo esta lata, y escucho un Cd de Schumann (auspiciado por G. Farías), unos lieder, oigo que se superponen unas notas extrañas, osucras y destempladas.. Mi gato se despertó y camina sobre las teclas.
Acaba de llegar a mi lado.
Eso.