viernes, mayo 25, 2007




La enfermera pide silencio.

El excedente, el excremento, el externo y la extra-ordinaria excusa de una revolución; la moda de la protesta. En media hora, sobre terciopelo magenta impregnado a cigarro, en silencio obligado -vacío de ignoro amarillo- regalamos dulces y prozac. Transgresoras esterilizadas, optamos no por sobrepasar aquel límite de neón blanco, sino que dentro de él; en el suspenso de un equilibrio titubeante, experimentar esa estandarización impuesta por la burocracia. Como potencia alteradora-alteridad, -labios rojos, luz roja- desde el burdel clínico de oriente, denunciamos la estupidez de la vacuna antibiótica, anti-óptica, anti-operante de la ‘omnipresente industria-institución’.


Desde el no lugar que es la estética en oriente.
Próximamente revolución monádica en fiesta campus.


1 Comments:

Blogger Chissock said...

Hoooola Enfermera.... :P

7:43 a. m.  

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