jueves, junio 28, 2007

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Lunes, 18 de junio de 2007
Fotografías de José Pablo Concha:
La forma del silencio
por Ángela Beatriz Ávalos Soto


En Fotogalería ARCOS, entre el 28 de junio y el 10 de Agosto de 2007.Pequeñas chispas de atención, insuficientes como anécdota pero potenciales en la articulación de un discurso. Brillos, que si bien no pretenden iluminar, destacan y se pierden en su entorno cotidiano. Recorrer aquel espacio conocido y volver.
Volver nuevamente desde otra luz, dirigir la mirada hacia otro ángulo -el eterno retorno de la imagen- y construir, en elaboración conciente, aquel lugar que se sabe, se ignora y despliega asumido como sin novedad.La pequeña sorpresa, una no sorprendente, una de trabajo y minuciosidad, de rigor y curiosidad que encandila en su simpleza. El recorrer un espacio común, un imaginario colectivo y dirigirse hacia lo obvio y lo evidente, no lo que ha sido, sino lo que es y estará ahí siempre. Trabajar sobre detalles y no efectos, en ese equilibrio titubeante de lo extraño en lo normal, ubicarse en un estado de comodidad dentro de la incomodidad.Suspendido, suspirado, sostenido y enmudecido en el límite; transgredir. Manipular, dominar, someter y a su vez dejarse inmiscuir por aquella ausencia de distancia.La calle no encaminada y el fragmento de un escote en el metro; imágenes silenciosas en un sonido. La materialización de lo mudo en lo permanente, lo enfático en lo común y la crisis de la acción. No es la falta de información, no trata de redundancia, sino de aquel código que se devela diariamente en superficie como monótono, pero que se desoculta en el retorno. Volver a la calle de la niñez, caminar por la vereda y verla real, saberla verdadera y someterla. Mediarla, dominarla y moldearla a un espacio liso, a un tiempo sin engranaje, a un proceso acucioso de observación. No una revelación, sino más bien, el ocultamiento del fenómeno, una vuelta al origen que no estalla, que no acontece, que no sucede y por tanto, no gatilla en vacío, sino sólo en silencio.La ciudad en vibraciones histéricas con demasiados movimientos se mira de reojo. Desde la quietud de un gesto -ni demasiado lejos, y pecar de ingenuo, ni tan cerca como para creerse impenetrable- se rodea un punto, se piensa y desaparece; la pequeña muerte en la técnica. Una imagen mentirosa que desplaza y varía la distancia de lo normal. Se observa ahora como un fuera de campo, como la apariencia de un saber, un murmullo-chisme que sólo emerge en la experiencia virtual.Desde el lente -que se explicita en ese trazo de miradas en el metro, o en la dirección de otra en un espejo- se hace conciente la cámara; la violencia del silencio y el quiebre de éste en la potencia de un aparato.En el soporte aparece la confusión; todo se hace difuso en su transparencia, acontece la duda y aquellos rumores externos parecen concretizar la imagen como una nada. La angustia de lo expuesto y la pérdida del referente; uno que se codifica y abre en dualidad entre aquel porcentaje de reconocimiento -que valida la fotografía - y el enmascaramiento y reconstrucción de una estructura sencilla en partículas de luz, planos en palmeras, texturas en cables, ejes en escaleras y contrastes en sombras. Aquella esquina que podría ser cualquiera, pero que no lo es. Se valida en su ignorabilidad y des-reconocimiento.Habituados al ruido de la ciudad e inmediatez del entendimiento de la imagen, sumidos e hipnotizados en el espectáculo, estas fotografías parecen fracturar ese espacio de recepción. Se devela precisamente una entrada a la mediación y al silencio –a un campo magnético, campo químico- como penetrar en un tiempo suspendido e intencionado. En una condición dual retroalimenticia entre la teoría y la práctica; la imagen técnica desde la pulsión y la cabeza. Como centro móvil e inestable, como lenguaje que balbucea y matiza, maldice y confirma. Como ejercicio deambulante en curiosidad, una a ratos renegada, en otros estimulada por quien finalmente, tensionando lo cotidiano, deslegitimando el referente, se auto-expone en un primer plano cerrado. En una toma pornográfica, que de tan cercana, logra diluir el aparto en el operante dentro de la imagen, una que al igual que él, se difumina y valida en su silencio y quietud.

1 Comments:

Blogger mix said...

oye has escuchado antes el concepto de párrafos?

3:03 a. m.  

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